La toma de decisiones es una de las competencias más críticas en el entorno empresarial. Cada elección que realiza un líder puede impulsar el crecimiento, transformar equipos o, por el contrario, generar conflictos o pérdidas significativas. Por eso, analizar con detalle algún ejemplo de toma de decisiones puede ofrecernos valiosas lecciones sobre cómo actuar (o no) en contextos estratégicos.
¿Qué define una buena toma de decisiones?
Una buena decisión no siempre es la más rápida, ni la más popular. Es aquella que se basa en información verificada, está alineada con los valores de la organización y considera tanto las consecuencias inmediatas como las de largo plazo.
También implica coraje, intuición y, por supuesto, habilidades analíticas.
En el artículo Cómo nace una estrategia de negocio efectiva, exploramos cómo el análisis del entorno y el liderazgo influyen directamente en la calidad de las decisiones empresariales.

Un ejemplo real: gestión del cambio en tiempos de crisis
Imagina una empresa tecnológica que, ante la disrupción de un competidor global, ve peligrar su cuota de mercado. El CEO debe decidir si continúa con su actual plan estratégico o si pivota hacia una transformación digital radical. Decide convocar a su equipo de liderazgo, aplicar un análisis DAFO, involucrar a los stakeholders clave y evaluar el impacto financiero de cada opción.
Finalmente, opta por acelerar la automatización, reestructurar procesos y redirigir el foco hacia productos de alto valor. Esta decisión, difícil y arriesgada, permite a la empresa no solo sobrevivir, sino liderar en su segmento.
Este ejemplo de toma de decisiones ilustra la importancia de considerar múltiples factores, comunicar con claridad y actuar con determinación.
Factores que influyen en una decisión efectiva
1. Claridad en el propósito: Saber cuál es el objetivo real detrás de la decisión.
2. Información confiable: Datos actualizados, opiniones diversas y escenarios posibles.
3. Gestión emocional: Un líder que domina su inteligencia emocional evita reacciones impulsivas.
4. Participación del equipo: Escuchar perspectivas distintas enriquece el proceso
5. Evaluación del riesgo: Medir posibles impactos para minimizar daños y maximizar beneficios.

Habilidades del líder para tomar decisiones estratégicas
La toma de decisiones está estrechamente ligada a la calidad del liderazgo. Un líder que toma decisiones acertadas suele demostrar:
- Pensamiento crítico
- Visión sistémica
- Capacidad de priorizar
- Tolerancia a la ambigüedad
- Confianza en sí mismo
Estas habilidades forman parte del ADN de los equipos de alto rendimiento.

Decidir en entornos inciertos
La incertidumbre es parte del juego. Por eso, las mejores decisiones son aquellas que permiten flexibilidad y capacidad de adaptación. Un líder efectivo construye cultura organizacional basada en la confianza, donde equivocarse no es un fracaso, sino una oportunidad de mejora.
En entornos ágiles, como los actuales, las decisiones no pueden demorarse indefinidamente. Por eso, muchas organizaciones adoptan metodologías como el pensamiento Lean, Design Thinking o el enfoque de aprendizaje rápido.

Un buen ejemplo de toma de decisiones revela no solo el resultado, sino el proceso detrás de cada elección. Los líderes que toman decisiones basadas en valores, datos y visión estratégica, marcan la diferencia. Cultivar esta competencia es clave para liderar con eficacia en tiempos de cambio.
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